El centro médico instalado en la comuna de Los Ángeles destaca por su diseño vanguardista, que integra conceptos de sustentabilidad y eficiencia energética.
Al transitar por Avenida Gabriela Mistral, en la comuna de Los Ángeles, y observar el diseño del nuevo Centro Médico Viu Clinic, es difícil imaginar que este nació de la idea minimalista de crear una consulta dermatológica, especialidad de Fernando Pérez, quien junto a su esposa María José Jara decidieron abrir este espacio para entregar un mejor servicio a sus pacientes.
Una idea que fue mutando y creciendo hasta terminar con un edificio icónico con servicios en medicina general, además de diferentes especialidades y tratamientos como dentales y estéticos.
El matrimonio, socios directores del lugar, “dejaron en manos” del arquitecto Edmundo Villouta el diseño y construcción del proyecto, quien, inspirado en las células de la dermis, propuso el concepto de una segunda piel que envolviera el edificio, cuyo propósito iba “más allá de ser algo estético. La idea es que aportara con elementos que ayudaran tanto al confort térmico, lumínico, eficiencia y sustentabilidad”, señala el arquitecto.
De esta forma, su llamativo exterior -hecho línea a línea sin un patrón o modelo de repetición- emula los tejidos que forman las células de la piel, lo que le otorga, además de una identidad única, una permeabilidad lumínica y visual desde el exterior hacia el interior que es evidente al ingresar al lugar.
Esa doble capa de aluminio, que crea un efecto de levitación en el edificio, también es fundamental para la regulación de la temperatura de su interior.
ESTÉTICA Y FUNCIONALIDAD
Estas características de la construcción, que integra conceptos de sustentabilidad y eficiencia energética, es lo que más destaca Fernando, que define la clínica como “una extraña mezcla entre lo funcional y lo estético”.
“Si bien es cierto que la estructura llama la atención por su atractivo, acá cada metro cuadrado está pensado para que tenga una función”, resalta el dermatólogo.
El diseño interior, por ejemplo, está cuidadosamente hecho, incorporando ideas propias de los dueños, como lo es la cascada de agua integrada al muro de la escalera, la cual recircula el agua y permite una nivelación de temperatura del aire interior.
Al subir por ella, se llega a una sala de espera amplia e iluminada gracias a la luz natural que llega del entretejido de aluminio que cubre la fachada. En este espacio hay también “cubos flotantes”, pensadas para la exposición de productos que se comercializan en este centro.
Para María José son estos “pequeños detalles los que aportan, acá los pacientes que entran dicen ‘oh está superlindo, la iluminación me encanta’, y los mismos funcionarios valoran eso también, la luz natural. Entones son cosas simples, pero que ayudan a que sea agradable estar en el lugar”, postula.
ACCESIBILIDAD UNIVERSAL
Otra de las características de esta nueva clínica privada es su accesibilidad universal, ya que según explica Edmundo, el diseño contempla rampas que permiten el ingreso de camillas, sillas de ruedas y de personas con limitación físicas, visuales y perceptivas.
“De hecho, el edificio contempla accesibilidad universal en todos los recintos, todos los box y consultas tienen el ancho de los pasillos y puertas, y radios de giro interiores que permiten este tipo de acceso”, detalla el arquitecto.
Esta clase de implementaciones, que se tuvo en cuenta en el diseño y construcción del lugar, son para María José fundamentales, pues la clínica, más que querer entregar un servicio, busca brindar una experiencia a sus usuarios.