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Ivonne Mella es la fundadora y directora ejecutiva de Incluidos, la primera oficina de arquitectura y accesibilidad que presta servicios desde Concepción al resto de Chile.

“A menudo, estudiantes me han dicho que no les haga una rampa de nueve metros -que es hasta lo que permite la norma- porque quedan muy cansados, y es que es muy larga para quienes mueven sus sillas de ruedas de forma mecánica”, cuenta Ivonne Mella, directora y fundadora de Incluidos, la primera oficina de arquitectura enfocada en la accesibilidad universal del sur de Chile, que nació en la ciudad de Concepción.

MÁS ALLÁ DE LA NORMATIVA

Para ella, “lo primordial siempre es preguntar qué es lo que necesita el cliente, no hacer todo desde la normativa, porque muchas veces esta no se adecúa a las necesidades individuales de cada persona”, plantea Ivonne.

Por esto, dice, es fundamental que en el diseño y construcción de diferentes espacios o proyectos deben estar en constante relación, “porque muchas veces el diseño, que está elaborado por un arquitecto, se queda en eso, en el diseño, sin plasmar la importancia que debe considerarse al momento de construir”.

Por ejemplo, añade, “si a un constructor le encargan una rampa, es importante que el maestro también se ponga en el lugar de una persona con discapacidad, porque ahí va a entender por qué no debe tener resalte, diferencia de nivel o contrastes”, postula, pues son los errores que se suelen observar en las instalaciones existentes.

NACE INCLUIDOS

Para evitar ese tipo de equivocaciones, la arquitecta -que hoy también trabaja en la Unidad de Proyectos de la Universidad de Concepción- funda en 2014 esta oficina con el objetivo de entregar servicios tanto en diseño, construcción, además de asesorías y capacitaciones en materia de accesibilidad.

Eso sí, su trabajo en la materia se remonta a mucho antes, cuando aun siendo estudiante, se encargó de la adaptación de la casa de su tía luego de ser diagnosticada con esclerosis múltiple. “En esos años, a mediados o fines de los 90’ no había normativa, ni siquiera estaba la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD), no había nada, uno tenía que diseñar literalmente lo que necesitaba el usuario”, recuerda Ivonne.

LEYES QUE PERMITIERON AVANZAR

Fue recién en 2008, cuando entró en vigencia en Chile la CDPD y dos años más tarde, en 2010, cuando se promulgó la Ley N° 20.422, que establece las normas sobre Igualdad de Oportunidades e Inclusión Social de Personas con Discapacidad en el país, que decide formalizar y ampliar el trabajo que venía realizando, pues esta Ley “permitió entender que en realidad el diseño y ejecución de los proyectos tiene que estar pensado para todas las personas, no solo para aquellas con discapacidad”, puntualiza Ivonne.

Más tarde, una vez formalizados como la primera oficina de accesibilidad del sur de Chile, “con la publicación del Decreto 50, en 2016, que es la normativa que tiene la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones para los temas de accesibilidad universal en edificios y espacios públicos; comenzamos a formar los expedientes de accesibilidad de distintas obras tanto en Concepción como en Santiago, Curicó, Punta Arenas y Antofagasta,”, destaca orgullosa, pues esto les ha permitido realizar diferentes proyectos en distintas partes del país e incluso en el extranjero.

CONSTRUIR PENSANDO EN LA ACCESIBILIDAD

En total, desde su fundación han ejecutado más de 20 proyectos de construcción -más 30 de diseño, además de capacitaciones y asesorías- tanto en espacios públicos como privados.

“Ahora, por ejemplo, estamos finalizando la ampliación del Colegio Niño Jesús, en la comuna de Lota, que es una ampliación del segundo piso donde incorporamos un ascensor, alertas podotáctiles, colores, texturas y contrastes, para que este nivel sea 100% accesible”, indica.

En 2020, la oficina adjudicó cinco proyectos a través del Servicio de Viviendas y Urbanización (Serviu), para la habilitación de aceras accesibles en área urbana de Concepción que deberían comenzar a ejecutarse este año.

NO ES SOLO UNA RAMPA

La arquitecta destaca que la accesibilidad universal es mucho más que la instalación de una rampa o ascensor, sino que consiste en implementar mecanismos y nuevas tecnologías como la implementación de códigos QR audibles, que guíen a los transeúntes con baja visión o ceguera, e incluso a los trabajadores de una empresa, permitiéndoles desplazarse o realizar acciones de la forma más autónoma y natural posible.

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