Educación y comunidad
Integrar el diseño y arquitectura al entorno
A 93 km de Concepción se encuentra Curanilahue, comuna de la Región del Biobío donde se ubica uno de los centros de enseñanza pública más modernos del país, el Liceo Polivalente Bicentenario Mariano Latorre, reconstruido e inaugurado en el 2014 luego de que su anterior edificación fuera dañada por el terremoto del año 2010.
Tras este siniestro se llamó a concurso para el diseño de un nuevo edificio que pusiera en valor las condiciones propias de la comuna, de ahí que el emblemático establecimiento destaque no solo como institución educacional, sino también como un centro social donde se realizan actividades culturales, como las presentaciones de la orquesta Bicentenario de Curanilahue, una de las bandas de música clásica más importante del país.
Diseño y entorno
Su diseño fue pensado para que la comunidad tuviera un lugar de encuentro y también de resguardo ante las lluvias que caracterizan la zona. Así, los salones de clases fueron dispuestos en una cinta elevada y zigzagueante, con grandes ventanales que permiten una iluminación natural constante.
Estas cintas se apoyan sobre espacios complementarios como el gimnasio, comedor, auditorio y biblioteca, una organización que genera una sucesión de plazas techadas y abiertas pensadas en potenciar una directa relación con el entorno y su condición ribereña, permitiendo su uso para grandes congregaciones relacionadas con deportes y ocio.
En cuanto a su materialidad, “se utilizó hormigón armado y madera laminada en el gimnasio y como piel del edificio una fachada ventilada de madera y cristales termopanel para una óptima aislación térmica”, detalla José Machi Rossi, arquitecto de MVD Arquitectos que junto a Boza Arquitectos dieron vida a este proyecto que cuyo diseño permite reducir gastos de energía, además de la integración de la madera propia de la zona.
Este año el liceo contempla un proyecto de conservación de $280 millones, según precisó su director, Óscar Garcia Alarcón, para mejorar y mantener la infraestructura que fue reconocida por el Banco Iberoamericano de Desarrollo como un ejemplo para las escuelas del siglo XXI.





Fotografías: Felipe Díaz Contardo