Desde un acantilado en lo alto de Hualpén, destaca esta vivienda integrada a su entorno y destacando por su equilibrio entre hermetismo y transparencia.
En lo alto de la comuna de Hualpén, a 60 metros del mar, se puede observar una vivienda con una fachada simple y modesta, hecha de contenedores oscuros y herméticos, que destacan entre un bosque de árboles milenarios.
Al ingresar al lugar este hermetismo va cediendo y la vivienda comienza a transparentarse con una estructura completamente al descubierto, donde destacan sus cerchas, pilares y vigas de madera, además de los grandes ventanales que sorprenden con una vista al mar que se alcanza a ver desde el borde del acantilado donde se ubica el hogar.
Adaptarse al entorno
La casa, construida en 2015 por la oficina regional Prado Arquitectos, se adaptó completamente al entorno, procurando no talar ninguno de los árboles que rodean al lugar, por su valor natural y patrimonial. De ahí que su diseño incorpore Boldos, Peumos y Ulmos en sus jardines.
En cuanto a sus materiales, “había un pie forzado que era utilizar una madera de ciprés que tenía el propietario para ocuparse, la cual se utilizó para toda la estructura de la casa”, detalla Tomás Prado Lamas, de la oficina de arquitectura.
En cuanto a su orientación y distribución, todo se hizo pensando en la familia. “Lo más importante para ellos era la cocina y el quincho por eso están todos unidos, ya que este es el lugar donde más tiempo permanecen”, comenta Tomás.
De esta forma la cocina y quincho quedan mirando hacia el mar, quedando los dormitorios con una vista hacia los mismos árboles que dan la bienvenida al hogar.